Como muchos en esta gran red, me siento en la
ventana virtual del face a ver pasar la vida de mis amigos. Abrimos el face en este
nuevo ritual diario y ahí están. Muchas veces no te los encuentras ni en la
calle o has perdido su número de teléfono,
o cambiaron de mail, pero por
arte de magia de la tecnología ahí están
a tu alcance, a un clic de un “me gusta, comentar o compartir”.
Con sus fotos de recién
nacidos o las recién tomadas, compartiendo
sus vivencias, penas y alegrías; con sus
triunfos, logros y
retos por alcanzar, sueños y esperanzas y hasta pérdidas y fracasos. Nos
enteramos si partió o llegó un nuevo habitante al hogar, del color de sus
ojitos y del primer escarpín, su nueva casa, viaje, vestido, matrimonio, bautizo o confirmación y diploma; si se quedó sin contrato o lo contrataron en
un cargo fantabuloso alrededor del mundo; no escatiman en detalles, hasta los más íntimos y recónditos:
son los amigos del FACEBOOK; ellos te abren el portal de su casa virtual de
su mente y corazón, expuestos libremente para cuando queramos recorrer su biografía, nos
asomemos a sus mundos insondables que asustan y maravillan, que de otra forma nunca veríamos.
A muchos de estos amigos ya
has tenido la fortuna de conocerlos personalmente porque te acompañaron en
algún recodo de tu camino y pudieron compartir retos laborales o cualquier
momento importante para ti; a otros, te los presentaron en algún evento social,
coincidieron en un cine, chapaliando en alguna playa o en cualquier lugar;
de estos amigos, sólo conoces
algún aspecto de su vida, sólo pasaron y ya.
También están ahí aquellos amigos que posiblemente querían tener algunos
derechos sobre ti pero por falta de química, física o cualquier otra causa las
cosas no se dieron, a estos ahora los ves con sus parejas e hijos y piensas,
esa podría haber sido yo y esos muchachitos
cachetones, mis hijos o nietos, sonrisa de pícara nostalgia de lo que
pudo haber sido y no fue, bueno en fin eso es tema de otro blog. También aparecen
las entidades o empresas donde prestaste servicios, los nuevos jefes y tus
ideas que ahora otros ejecutan, bueno,
sobre eso sientes alegría o en el peor de los casos, indiferencia. Junto
a todos los anteriores están los nuevos amigos, los que nunca habías conocido o
que son amigos de los amigos de los amigos, o total desconocidos que andan a la
caza de nuevos amigos y tú les has dado la bienvenida a tu propio mundo.
Como en el Face le damos “me gusta” a cualquier cosa con la
que nos identificamos o que nos llamen la atención, la cuenta se va llenando de
una especie de mercado de pulgas donde
encontramos todo tipo de cosas: ofertas de sortilegios, cartas astrales y
tarots para abrir
horizontes trancados; productos,
pócimas, emplastos y menjurjes mágicos contra todo tipo de dolencias y para que
te veas y te sientas cual cuasicuchiprincesa real forever, aparatos, cremas, bandas, píldoras,
cirugías y dietas para adelgazar o al revés y viceversa; peinados, maquillajes, vestidos, perfumes
carteras y tacones para ir al día con el último alarido de la moda. También a
los piadosos, los religiosos que te invitan a creer y a los ateos gracias a Dios. Hay algunos con chistes flojos que ya conocemos o con cuáles
memes se identifican; otros son verdosos
(a esos les doy “eliminar”) y también los politicosos que andan a la caza de
voticos cautivos para sus intenciones, tratando de sensibilizarnos con sus
posiciones, siempre en contra, frente a temas de la cosa política local. También
los noticiosos y periodísticos que nos ahorran abrir nuevas páginas, nos
resumen y dan las noticias como goticas doraditas.
En fin, todo un festín de
imágenes, profundidades y liviandades filosóficas de mis amigos in-visibles pasan
por la ventana de mi face.
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