domingo, 15 de febrero de 2015

LA MAGIA DEL CUMPLEAÑOS



Para algunas personas la fecha del cumpleaños tiene diversos significados y lecturas. No es lo mismo cumplir cuatro años que cincuenta y cuatro o quince primaveras que  cuarenta y cinco abriles; veamos: cuando tienes cuatro añitos, apenas  dejando los pañales y el tetero y empezando el último año de tu tierna infancia, ya sabes lo que es una fiesta, tienes claras tus preferencias de colores, amiguitos reales e imaginarios,  tus muñecos y dibujos animados  favoritos.  A esa edad  quieres tener una fiesta  todo el día todos los días  y cuando llega el feliz día te la gozas de principio a fin, te untas el bizcocho, rompes tu piñata y dependiendo del presupuesto familiar,  tienes tu primera chiquiteca, show de payasos y hasta luces multicolores. De  los seis hasta los quince, en el caso de las niñas,  cada día cuenta lleno de sueños de colores, de pequeños príncipes y carrozas doradas, sin olvidar la zapatilla de cristal cual cenicienta.  Cuando te da por cumplir tus primeros - y últimos 54-  ya vas por las candelás que te las pelas a  redimir la cuota inicial de la tercera edad.  Si a los 4 años no había como mantenerte quieto un momento, a los cincuenta y cuatro, no hay como mantenerte brincando  un momento.
Y llega el esperado día, unos con temor, ansiedad, alegría o indiferencia;  sea cual sea el estado de ánimo, el día de nuestro cumplis tiene un componente mágico, sobrenatural, una esencia distinta, un halo de divinidad, de alcance, de logro,  de anticipación, de sonrisa contenida y de brillito en los ojos. Ese día amanece más claro y más temprano, el aire huele diferente;  el ambiente se presta,  para soñar, para darse un abrazo, desearse un nuevo feliz año y de proponerse nuevos retos. Definitivamente me gocé mis cumplis!!

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